Desde el inicio de los tiempos el ser humano ha coleccionado objetos.
Inicialmente por necesidad para subsistir, el caso de las puntas de piedra afilada para sus primitivas lanzas y así poder cazar y alimentarse, para pasar, a través del tiempo, a coleccionar por gozo contemplativo o para salvar del olvido: artefactos, utensilios, manuscritos, libros, obras de arte, monedas, sellos de correo, minerales, animales disecados y hasta relojes, con los que intentar parar a Cronos en su infatigable camino.
El comisario de esta exposición, Félix Martín Franco es un coleccionista multi-objetos y lejos de Diógenes y discípulos, se acerca a los renacentistas e ilustrados de antaño y sus Gabinetes de Curiosidades.
Además de atesorar la expuesta hoy, colección de máquinas de escribir, cuida de otras muy variadas y curiosas: cámaras fotográficas, teléfonos de mesa, libros y revistas, vinilos, casetes, trenes y coches a escala, naipes, saleros, vasijas de barro, vidrios, etc.
Su reclamo: “Colecciona, recordar es vivir dos veces”.
L,M,X,J,V
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